Saltu el Caleyu, Cabeza Parda y Cabeza Blanca (Cabrales)

La ruta que a continuación voy a describir es quizás una de las más duras que he hecho nunca. Su dificultad, es por diferentes motivos: está sin señalizar, tiene un gran desnivel (tanto de subida como de bajada), la zona es bastante salvaje, por lo tanto, esta poco pisada, tiene varios pasos complicados en los que es necesario agarrarse y sobre todo, que si no se conoce la zona, no sería difícil perderse, por lo tanto, recomiendo hacerla con alguien que conozca el terreno.
Para comenzar esta larga y dura aventura nos tenemos que dirigir a Arenas de Cabrales. Una vez allí, cogeremos  la  AS-114 ( Arenas-Panes), a unos 4,5km de Arenas encontraremos a nuestra derecha la desembocadura del río Miñances al río Cares, en este lugar encontraremos sitio para dejar el coche y comenzar nuestra andadura por un camino que se adentra al lado mismo del río Miñances.

En esta ocasión el reportaje fotográfico es algo más extenso de lo normal, y es que casi 11 horas de ruta y la zona, bien lo merecen.
Comenzamos a caminar adentrándonos por la desembocadura del río, el cual en poco tiempo tendremos que saltar en varias ocasiones. El caudal que lleva hace que no sea nada fácil encontrar un lugar para cruzarlo. Enseguida llegamos a un precioso salto de agua y uno de los pasos complicados de la ruta, como podemos ver en estas fotos, el terreno estaba muy húmedo y resbaladizo por lo tanto hay que agarrarse muy bien. Las abundantes lluvias de este duro invierno hacen que la vegetación de esta zona esté exuberante.

Poco después de este paso alcanzamos una de las joyas de esta ruta, el Saltu el Caleyu, todo un deleite para nuestros ojos con tanta cantidad de agua.



Proseguimos río arriba teniendo que cruzarlo en varias ocasiones más, hasta divisar un claro a nuestra derecha el cual nos conduce a La Pernal. Antes de llegar a La Pernal podemos asomarnos a ver la caída del Saltu el Caleyu desde arriba. Tras ascender por esta “pindia” ladera, encontramos un buen camino que tomaremos en sentido contrario a las cabañas que veremos.

En esta zona el protagonismo se lo lleva un precioso bosque, principalmente compuesto de hayas y varias caídas de agua. El sendero en esta parte está bastante marcado.


De repente tenemos que cruzar un “argayo” que más bien parece la destrucción total de una montaña. Los que no lo conocíamos nos quedamos impresionados, pues la magnitud de este “argayo” no es muy normal. Los que ya sabían de él, nos cuentan que se produjo hace 40 años, la verdad, que yo no había visto algo así en mi vida.

Continuamos nuestra ascensión hasta llegar a Bierru, donde al lado de una de sus cabañas paramos para comer algo y descansar un poco.

Alguno del grupo que recientemente había pasado por aquí, conocía a Manolo (un pastor de Bierru) que nos hizo de guía hasta Tordín. Un hombre simpático, amable y algo cachondo. Se puso en cabeza del grupo tras advertir que se pusiese otro (nadie lo hizo) y causó estragos en el pelotón.
Como vemos en esta foto (él en cabeza) el grupo se comenzó a estirar interminablemente, pues el ritmo que nos marcó no era acto para todos. El ascenso por esta zona se hace bastante duro y eso sin contar el ritmo que marco.
Gusto antes de llegar a Tordín algunos nos acercamos a ver una cueva de la que salía un riachuelo, la cavidad es bastaste alta y el ganado la usa para refugiarse.
Al llegar a Tordín Manolo nos indica el camino y nos abandona pues él dice que no perdió nada halla arriba.
Las vistas de Picos y en concreto del Urriello desde este lugar son una pasada. En esta parte de la ruta, por si no era ya bastaste completa, encontramos nieve, y eso hizo que el tramo final fuese un poco más duro.
En esta parte el grupo se dividió en dos, unos emprendimos el ascenso final por la parte de la izquierda de Tordín y otros por la derecha.
Ya en la cumbre de Cabeza Parda, disfrutado de un lugar privilegiado, comimos nuestro bocadillo y nos hicimos la foto de cumbre.


Tras descansar un buen rato y reponer fuerzas, comenzamos el camino de retorno en dirección a Cabeza Blanca, para aquí, girar a la izquierda y dirigirnos a una zona llamada Caspanu.
En esta parte surgen dudas de por dónde es el camino, pero, al final, los buenos guías que llevamos, aciertan una vez más y descendemos por una ladera muy “pindia” que nos lleva al río Lentrejano.
Seguimos el cauce del río en dirección norte unos metros, para dejarlo a nuestra derecha precipitándose en una cascada.
Nuestro siguiente punto de referencia es el prao Bos, que desde lo alto lo vamos a distinguir muy bien, pues es un claro en medio del bosque. Esta parte del camino es una de las más complicadas pues no hay ningún tipo de señalización y apenas se aprecia sendero.

Continuamos nuestro descenso entre un bosque de hayas precioso y en busca de un riachuelo que tendremos que cruzar en repetidas ocasiones.
Siguiendo el curso del agua, nos guiara hasta La Rondina, donde encontraremos una cabaña abandonada.

Pasando al lado mismo de la cabaña tenemos que buscar de nuevo el río para cruzar por un puente un poco peculiar, es un quitamiedos de carretera, aquí, cada uno tiene que pasar como mejor pueda, metiendo el pie en el medio, pisando de lado, o la opción más segura, sentado, por suerte, ninguno de nosotros termino en el río, pero si hubo algún susto, jejeje.
A partir de este punto no perderemos más de vista el río, y hay que tener especial cuidado en punto concreto, (si no que le pregunten a dos que yo sé), porque el camino parece que asciende hacia nuestra derecha y como ya he dicho hay que seguir el curso de él río.

En todo momento caminaremos con el río a nuestra izquierda y teniendo que tener cuidado con los resbalones, pues muchas zonas tienen mal paso, sin contar con que el camino está bastante cerrado y nos acaricia alguna cotolla que otra, pero bueno, yo creo que eso es la especialidad de G.M. los de las claras, jejeje.
El cañón por el que trascurre el río cada vez es más abierto, y a mí en concreto, me encanto el tramo final, en el que el sendero va cogiendo altura con respecto al río y va tallado por la ladera de la montaña como se ve en estas fotos.


Ya solo nos queda llegar a la carretera de Oceño y descender por ella hasta Mildón. De Mildón, a el lugar donde dejamos el coche tenemos 1km.

Para finalizar, darle las gracias a los organizadores de la ruta, que me han dado la oportunidad de conocer un lugar realmente salvaje, y a los demás por la grata compañía.

Panorámica hacia el Cuera desde un poco más arriba de Bierru.
 Panoramica desde la Mayada Tordín


Panorámica desde Mayada Tordín.

Tiempo: 10:45h ida y vuelta
Distancia: 17.51 km
Desnivel acumulado: 1.536 subida; 1.497 bajada
Dificultad: alta
Realizada el: 4-5-2013

Collado Caniella (Aller)

En esta ocasión nos vamos a dirigir a tierras alleranas, en concreto a Río Aller. Para acceder a este pueblo tomaremos la A-66 hasta Ujo, donde cogemos la AS-112 hasta Collanzo, y aquí, la AE-6 que concluye su recorrido en nuestro destino, Río Aller.
A la entrada del pueblo hay un pequeño aparcamiento donde se puede dejar el vehículo, pero nosotros nos adentramos con el coche por sus “pindias” y muy estrechas calles, hasta llegar a una pequeña plazuela con una fuente donde dejaremos el coche.
Tras preparar la mochila y equiparnos bien, principalmente para la lluvia que amenazaba con no darnos tregua, comenzamos nuestra andanza por la pista hormigonada que sale al lado mismo de la fuente mencionada antes.
La ruta está señalizada en todo momento por el PR.AS-31, que comunica Río Aller con Pino.
Al poco de empezar a caminar ya dejamos las últimas casas del pueblo atrás, y en no mucho tiempo estaremos cruzando el río Carbayalín por el puente el Bao.
Proseguimos nuestra ascensión pasando por Casas Del Monte y Talabarda, donde encontramos un grupo de cabañas muy cuidadas y que hacen que este lugar sea precioso


Poco después de pasar Talabarda, ya nos tenemos que poner las raquetas, pues el espesor de la nieve ya empieza a ser considerable.
Con un ligero ascenso más, con la nieve bastante blanda por cierto, nos presentamos en Carbayalín, peculiar lugar con este simpático cartel que sale en las fotos.
Poco después de pasar Carbayalín  encontraremos la señalización que nos indica el PR a Caniella. Tomaremos este camino para hacer un pequeño descenso hasta el río y cruzarlo. La lluvia llevaba ya rato sin darnos respiro y no nos daba tregua ni para sacar la cámara y hacer fotos, por suerte al regreso si pudimos sacar alguna foto más y en concreto del punto donde estamos ahora, cruzando el río.
Continuamos ascendiendo por la pista total mente cubierta de nieve y mientras lo hacemos, vamos viendo asomar la cumbre de Peña Redonda.


En algunos momentos la cantidad de nieve hace que no esté muy claro por donde continua la pista, pero encontraremos varias señales que nos indican el camino.
Cada vez tenemos Peña Redonda más cerca.
Al ir tomando altura, podemos observar al fondo del valle, Río Aller, donde comenzamos esta ruta.

A cada metro de altura que vamos cogiendo, la cantidad de nieve aumenta, y al llegar al Cdo. Caniella yo diría que hay casi dos metros en algunas zonas.

Al ver las cabañas de Caniella, se ve realmente la cantidad de nieve, la que incluso casi llega a tapar alguna cabaña.



El tiempo parecía que al final se aliaba con nosotros y nos recompensaba con algún rayo de sol que hacía que todo estuviera más guapo, e incluso, nos dejaba ver frente a nosotros el Retriñon. Después de deleitarnos con la belleza del lugar y de comer el bocata en el interior de una cabaña, emprendemos el camino de vuelta por el mismo recorrido.
Las nubes no parecían que tuvieran muy buena pinta para el descenso, pero al final llego hasta salir el sol.


Aquí están las fotos que la lluvia no nos dejó sacar en la ida cuando cruzamos el río cerca de Carbayalín.
 
   Talabarda en el descenso.


Al llegar de vuelta a Río Aller, así de guapo estaba el tiempo, quién lo diría.

Panoramica del valle con Carbayalín al fondo


Tiempo: 6:45 h ida y vuelta
Distancia: 18.3km +-
Desnivel: 687 m
Dificultad: baja
Realizada el: 8-3-2013